Los jugadores gualdinegros perdieron por 0 goles a 4 ante un rival que por momentos no fue superior en el juego a los locales, pero que supo imponer su fútbol directo y vertical ante el juego combinativo de los nuestros.
No hablamos de derrota sino de logro. Es difícil hacer ver a los jugadores padres e incluso aficionados al fútbol en general que sólo vale ganar, pues en nuestra propia sociedad esto es lo que viene marcado. Este cuerpo técnico confeccionado tanto por mi persona como por la de Joshua Trilles, tenemos muy claro que ante e Burriana F.B logramos algo muy importante. Algo que no se aprende a base de ganar, ganar y ganar. Algo que no te da títulos ni gloria. Ese algo tan preciado es el aprendizaje, la evolución y construcción del jugador y la persona que queremos como futbolistas de nuestros equipos. Inteligentes, valientes, audaces, honestos, respetables y que sepan levantarse tras cada golpe o caída. Y créanme cuando digo que todo esto se logró el pasado jueves en el partido. Ir perdiendo y seguir haciendo las mismas cosas una y otra vez. Sufrir un gol en contra y hasta el pitido final atacar, atacar y seguir atacando. Tener el valor de querer la pelota, de participar y de jugar con eso y no contra eso.
Seremos unos locos para muchos, posiblemente para la mayoría, pero amamos y entendemos el juego de esta manera. No aspiro a más, mi equipo jugó muy bien el pasado jueves, obvio que cometimos errores y los vamos a corregir y a mejorar.
El jueves me iba jodido a casa pero pasadas unas horas estaba feliz. Pensé en mis jugadores. En ellos que son los protagonistas y no en si vamos novenos o decimos. Ellos lo habían dado todo y no escuché un míster así no. Ellos creen en la idea, se divierten con ella y yo con ellos. Las lágrimas en sus ojos al acabar el partido me dejan tranquilo. Se van tristes y dolidos porque saben que el fútbol el jueves no fue justos con ellos, y les da rabia el perder, pero no por el hecho de perder, sino perder jugando.
Estoy tranquilo porque el próximo entrene seguiremos siendo nosotros mismos. Valientes con el balón, temerarios al pensar sólo en atacar y construir jugadas y pases de ensueño.
Somos así, unos locos pero locos felices porque nos divertimos jugando a algo llamado fútbol. No quiero que me entienda la mayoría. No pretendo nada. Sólo que ellos, mis 22 protagonistas, los que me dan tanto, sigan creciendo creyendo en la idea.
