El incansable Miguelón Llambrich

 

Y eso que no le gustaba el fútbol. De pequeño iba al campo a ver jugar a su hermano en el fútbol base del Benidorm CF. Un día le animaron y con seis años se apuntó a la escuela de fútbol del equipo benidormí. No lo debió hacer muy mal cuando tres años después lo fichó el Alicante CF, y otros tres después se incorporó a las secciones inferiores del Villarreal (en verano de 2006). Se llama Miguel Juan Llambrich, pero en el mundo futbolístico le apodan Miguelón.

　

Es un lateral derecho con una velocidad endemoniada. Casi parece un carrilero. No suele marcar goles, pero da muchas asistencias cada temporada. La agilidad también es una de sus virtudes, ya que no es muy alto, pero se impone a los rivales con facilidad. Hasta la fecha lo ha jugado todo: los diecisiete partidos posibles con el juvenil A del Roda en la División de Honor. Acumula 1.530 minutos y dos únicas cartulinas amarillas. De los tres equipos provinciales en esta categoría es el único que no se ha perdido ningún minuto.

　

Natural de Benidorm, donde nació un 18 de enero de 1996, esta joya del Roda, y también del Villarreal, sueña con jugar algún día en Primera División. "Para eso me sacrifico", dice este joven jugador que al poco de fichar por el Villarreal fue elegido mejor jugador de un torneo infantil que se disputó en Italia, o cuarto con el conjunto amarillo en el torneo internacional de Maspalomas.

Esta es su sexta temporada en el fútbol base del conjunto villarrealense. La próxima temporada, ya mucho más maduro, será uno de los puntales del juvenil A del Villarreal, en División de Honor. De momento se centra en seguir completando una gran campaña con el Roda, al igual que lo están haciendo el resto de sus compañeros que, sin duda alguna, cuentan con el plantel más joven del grupo VII de la máxima categoría juvenil.